viernes, 18 de junio de 2010

RESPUESTA DEL ALCALDE DE MOGUER AL ARTICULO VICTIMAS DEL ORO ROJO PUBLICADO EN EL DIARIO EL PAIS.



Tras el artículo Victimas del Oro Rojo publicado en el diario El País el pasado 13 de junio, en el que los periodistas Jerónimo Andréu y Lidia Jiménez denunciaban en relación con la campaña de recolección de fresas en la provincia de Huelva, la presunta explotación a la que se ven sometidas las mujeres que acuden desde otros países a trabajar en nuestras fincas freseras, se han sucedido las protestas y comentarios en contra de esa mala imagen que con ese tipo de artículos se trasmite de todo el sector agrícola onubense.

Al referirse el citado artículo explícitamente a los empresarios agrícolas del pueblo de Moguer, este Alcalde, acogiéndose al derecho a réplica que legalmente le asiste, solicita de la dirección del diario El País la publicación del siguiente texto:

En primer lugar no se puede cargar sobre un sector económico tan importante para el desarrollo de nuestros pueblos como la agricultura, el peso de estas gravísimas acusaciones de acoso y maltrato hacia las trabajadoras contratadas en origen, cuando además se trata de casos estrictamente puntuales, que por otro lado, y eso es lo que más me ha llamado la atención, aún están pendientes de su resolución en los juzgados.

La rentabilidad social del cultivo de la fresa ha sido durante las últimas décadas y sigue siendo ahora, el principal motor de crecimiento y progreso para nuestros pueblos, un motor que cada año hacen funcionar miles de empresarios agrícolas que arriesgan sus recursos y se matan a trabajar para conseguir hacer rentables sus explotaciones, en las cada año trabajan nada más y nada menos que entre 60 y 90 mil personas.

Entre todas estas miles de personas de decenas de países diferentes, que conviven día a día en las explotaciones agrícolas de Huelva, es lógico que se produzcan situaciones de conflicto, pero en ningún caso como se afirma en el artículo de El País, estamos ante una explotación generalizada, ni menos aún podemos afirmar que se trata de constantes episodios de abusos sexuales hacia las trabajadoras inmigrantes.

Estamos hablando de dos casos de denuncia contra empresarios del sector fresero, tan sólo dos entre los miles de agricultores que se esfuerzan año tras año por hacer productiva nuestra tierra, y lo más lamentable de todo esto, es que ni esos dos casos que se denuncian han sido todavía juzgados por la Ley, por lo que el artículo citado no puede calificarse más que como una verdadera manipulación que pretende dañar la imagen de nuestra fresa.

Desde hace más de 30 años los agricultores freseros de la provincia de Huelva, y especialmente los de Moguer y Palos a los que el artículo de El País deja en tan mal lugar, han sido los responsables del mayor desarrollo de las infraestructuras y sistemas de riego en Andalucía, innovando y apostando desde el primer momento por la calidad de sus productos, por ello, los comentarios que se vierten en el artículo sobre la falta de controles sanitarios en las explotaciones freseras nos parece una broma del mal gusto que dice mucho del absoluto desconocimiento que los periodistas que firman el artículo tienen sobre los empresarios agrícolas onubenses. Es más, en este tipo de informaciones, hecho en falta el que desde esos medios de comunicación que tan alegremente critican al empresariado agrícola de Huelva, se pongan en contacto siquiera alguna vez con las administraciones de la provincia, para conocer cuál es la opinión y valoración que sobre éstas cuestiones se realiza desde los distintos Ayuntamientos e instituciones públicas.

En el sector fresero onubense se aplica y se respeta escrupulosamente el convenio vigente para los trabajadores del campo, esto es, que una persona contratada en Moguer o Palos, tiene los mismos derechos que cualquier otra contratada en otro punto de Andalucía, a lo que se suma el hecho de que a los contratados en origen se les facilita además una vivienda digna por cuenta del empresario, que en ocasiones no tendrá las comodidades de un hotel, pero que en ningún caso se puede calificar como un hacinamiento de personas.

En este momento de gravísima crisis económica, cuando el desempleo crece sin freno y todas las empresas, incluidas por supuesto las explotaciones agrícolas, han de realizar verdaderos esfuerzos para mantener su rentabilidad y viabilidad, no podemos permitir de ninguna manera que algunos casos aislados de posibles abusos por parte de empresarios, nos lleven a descalificar con la consiguiente pérdida de credibilidad en los mercados internacionales, a todo un sector fresero onubense que ha sabido ganarse con esfuerzo y tesón durante décadas, la confianza de los consumidores.

Que una información tan descalificante como la que se publica en El País haya sido redactada por periodistas españoles es además verdaderamente lamentable. En los últimos años es habitual que desde países europeos con los que competimos en los mercados internacionales se realicen campañas informativas que pretenden dañar la imagen de nuestros productos, pero que esas informaciones capciosas y malintencionadas se generen en un medio español y sean firmadas por periodistas españoles, es algo que sinceramente no se puede entender.

Porque es que además, desde instituciones como este Ayuntamiento de Moguer, intentamos facilitar y armonizar en lo posible el proceso de las contrataciones en origen de mano de obra para la fresa, y así por ejemplo, no hace ni un mes que hemos invitado a unas jornadas sobre inmigración al Cónsul de Marruecos en Sevilla, Mohamed Said Douelfakar, quien ha mantenido una intensa reunión de trabajo con representantes de las principales empresas freseras del municipio para poner en común de la mejor manera posible la oferta y demanda de trabajo en nuestras fincas.

Planes de integración con cursos de lengua y cultura españolas gratuitos para inmigrantes, campañas informativas específicas entre las mujeres inmigrantes para que conozcan las posibilidades de formación y desarrollo personal que les ofrecen las administraciones, o infinidad de actividades en las que participan activamente ciudadanos y ciudadanas de otros países, son buen ejemplo de la convivencia que intentamos conseguir en esta tierra, crisol de culturas y civilizaciones, y aunque somos conscientes de que queda mucho por hacer, no se puede de ninguna manera demonizar y generalizar como se hace en el citado artículo que motiva estas líneas, sobre un sector tan importante para el desarrollo económico y social de nuestra tierra como es la agricultura.