martes, 13 de diciembre de 2011

Almuerzo de Navidad.

Una aldea de irreductibles socialistas

El PSOE quiere presentar a Andalucía como último baluarte de la izquierda frente a la expansión «imperial» del PP

«Estamos en el año VIII del Zapaterismo. Toda Hispania esta ocupada por la derecha... ¿Toda? ¡No! Una autonomía poblada por irreductibles socialistas resiste todavía y siempre al invasor». Esta adaptación del arranque de los libros de Astérix y Obélix podría abrir la agenda política que definirá la estrategia del PSOE andaluz hasta las próximas elecciones autonómicas.
El partido de José Antonio Griñán volverá a intentar centrar el debate electoral en el plano ideológico, remarcando las diferencias de gestión entre los gobiernos de derechas y de izquierdas. De esta forma, en las próximas semanas el PSOE convertirá a Andalucía en la aldea gala de Astérix, un último reducto donde se defiende heroicamente los valores de la izquierda frente al vendaval conservador que arrasa allende Despeñaperros. En esta caricatura política, las legiones de la derecha han extendido por todo el país su forma de gobernar, espartana y basada en una disciplina militar, pero la aldea andaluza resiste al invasor con un modelo solidario en el que, a pesar de las frecuentes peleas internas, prevalece la camaradería y todos se ayudan entre sí con humildad y generosidad.

El planteamiento intenta recuperar al votante de izquierdas defraudado con la gestión del PSOE por la vía del orgullo, apelando a la salvaguarda de los valores progresistas frente al acoso de la derecha. Una invitación casi sentimental en una comunidad en la que los socialistas han sabido confundir hábilmente durante años símbolos autonómicos con su patrimonio ideológico. Para reforzar esta estrategia el PSOE andaluz ya recuperó en la campaña electoral de las generales a Alfonso Guerra, un símbolo histórico del partido que se reincoporó a la primera línea con añorada intensidad —entrevistas puerta a puerta por barrios humildes incluidas—. Otro movimiento fundamental es la paralización de las tensiones internas, para lo cual Griñán ha accedido a entregar a Gaspar Zarrías el control absoluto sobre el PSOE de Jaén, aún a costa de debilitar a la número dos de su Gobierno, Mar Moreno. Todo con tal de incorporar a Manuel Chaves, aunque sea con un ademán receloso de disgusto, al cuadro de porteadores del presidente en su tarea de conservar para el PSOE la Junta andaluza.
El problema para Griñán, convertido en el Abraracúrcix de esta aldea de socialistas irreductibles, es que carece de poción mágica para demostrar las diferencias entre su gobierno de izquierdas y los del PP con la misma rotundidad que la poción mágica del druida Panoramix evidencia la superioridad de los guerreros galos frente a los legionarios romanos. En plena crisis económica y con unos presupuestos restrictivos, el Gobierno de la Junta ha tenido que recortar inversiones para poder mantener el gasto social. Una medida criticada por el PP, dado que esta línea de actuación implica la paralización de numerosas obras, lo que provoca el incremento del paro y, en un bucle irremediable, la reducción de las cotizaciones que permiten sufragar las políticas sociales.
Para ilustrar que la aldea andaluza es el último enclave en el que se lleva a cabo una política de izquierda, el Gobierno andaluz centra sus esfuerzos en tres áreas: educación, salud y asuntos sociales. En los presupuestos de 2012 la partida dedicada a Educación se incrementa un 2,5 por ciento, la de salud se mantiene prácticamente invariable y la de Igualdad y Bienestar Social sube un cuatro por ciento, frente a caídas como el 16,4 por ciento en Turismo o el 25,3 por ciento en Obras Públicas. «Este presupuesto responde al modelo progresista de los socialistas, frente al que hay otro; el modelo del PP, que es insolidario», señalaba días atrás la portavoz socialista, Rosa Torres. Estos son, por áreas, los principales argumentos que manejará el PSOE.


Educación

La defensa de la educación pública ya fue uno de los discursos más recurrentes del PSOE ante las pasadas elecciones generales, cuando incluso llevó la campaña a las puertas de los colegios, donde repartió propaganda. Según los socialistas, Andalucía es el único bastión de España donde se sigue apostando por una educación pública y gratuita, mientras que en el resto del país los gobiernos del PP han apostado por la enseñanza concertada y por retirar las ayudas escolares. De hecho, el PSOE ha llegado a anunciar que los populares retirarán los libros de textos gratuitos, las becas de comedor y el transporte escolar en Andalucía si Javier Arenas gana las elecciones. La Junta presume de que en Andalucía hoy 900.000 niños tiene libros gratis, 91.500 transporte escolar gratuito, hay 804 centros bilingües y se han repartido 400.000 ordenadores portátiles entre los alumnos.
El PP, por su parte, maneja otras cifras que cuestionan esta visión idílica de la última aldea socialista. Así, destaca que la inversión por alumno en Andalucía es la más baja de España, y que se ha reducido en más de un 84 por ciento la plantilla de docentes, mientras que el alumnado ha crecido en un 2%. Asimismo, persisten 804 aulas prefabricadas donde dan clase 20.000 alumnos mientras los planes de infraestructuras educativas, como el Aula 2000 y el Mejor Escuela, se saldan con un «fracaso absoluto», según los populares.

Salud

La Junta sostiene que, mientras en el «imperio» del PP se implantan tasas a servicios sanitarios públicos, se recortan prestaciones, se excluye a colectivos como parados o inmigrantes y se cierran centros, la sanidad andaluza destina un 18,1% del gasto sanitario público a la atención más cercana, casi 4 puntos más que la media española (14,6%), y cinco puntos más que Valencia (12,9%) y Madrid (12,8%). La Junta presume de tener un gasto farmacéutico per cápita de 239,51 euros, un 8% menos que la media española, lo que supone al año 136 millones de euros de ahorro. Asimismo, alardea de ser la primera comunidad en introducir el Diagnóstico Genético Preimplantatorio, que ya ha permitido que 21 bebés hayan nacido libres de enfermedad hereditaria y uno haya nacido compatible con su hermano, y de ser la primera comunidad autónoma en contar con una ley que «garantiza la dignidad de la persona en el proceso de la muerte», una medida que agrega un sesgo ideológico a la propia gestión sanitaria. Además, el Gobierno andaluz destaca que su sistema informático es el más avanzado del país y que sólo el año pasado se emitieron 105 millones de recetas electrónicas, más del doble que todo el resto de España.
El PP se ha esforzado por desmontar este panorama, alegando que no existen tales diferencias y que en Andalucía se está recortando tanto o más que en otras comunidades. Así, los populares sostienen que Andalucía es la tercera comunidad autónoma por la cola en gasto sanitario por habitante (400 euros menos por habitante que el País Vasco); que se ha reducido el gasto en farmacia en 125 millones en los presupuestos de 2011; que estamos a la cola de España en la media de camas por habitante, con 2,07 frente a 2,9 de la media; tenemos un déficit de médicos que nos sitúa en el 66 por ciento de la media y nos harían falta 30.490 enfermeros más para llegar a la media europea. Además, se advierte que se está empezando a aplicar el copago sanitario con el cobro de los aparcamientos de ciertos hospitales y se denuncia que las inversiones en materia sanitaria están paralizadas.

Asuntos sociales

El tercer ingrediente en el que los socialistas buscan su pócima para resistir el ataque del PP es la asistencia social. La Junta de Andalucía ha hecho bandera de su programa de Dependencia, por el que 70.000 personas reciben atención directa, un número superior al de las comunidades de Madrid y Valencia juntas, aunque éstas superan a la población andaluza en tres millones de personas. La Consejería de Igualdad y Bienestar Social también destaca que el servicio de ayuda a domicilio se financia en su totalidad, cuando en otras comunidades se hace al 40 por ciento, y se alardea de la red de igualdad.
Otro tradicional caballo de batalla atañe a las pensiones, ya que la Junta incrementa las asistenciales que ofrece el Estado (desde 1989) y las no contributivas (desde 1999). El Gobierno de Aznar cometió además la torpeza de llevar a los tribunales esta medida, reforzando el discurso socialista, sobre todo porque el Tribunal Constitucional dio la razón a la Junta.
En el PP, por su parte, destacan que los fondos destinados a Dependencia se han recortado 152 millones de euros en dos años. La teoría del PP es que el Gobierno andaluz «dice que no recorta pero se está recortando absolutamente todo dejando sin ejecutar los presupuestos». Las cifras iniciales, según los populares, quedan luego en papel mojado ya que se alteran mediante desviaciones de partidas o simplemente quedan sin ejecutarse. Por otra parte, el CSIF ha denunciado que hay alrededor de 8.000 expedientes acumulados de prestación económica de situación de dependencia sin ejecutar, algo que ha sido desmentido por la consejería.
En definitiva, los socialistas andaluces tienen cuatro meses por delante para emular a los irreductibles guerrero galos e intentar mantener el último gobierno exclusivamente socialista de España. En su defensa numantina no sólo está en juego el futuro de Andalucía, sino también del propio PSOE porque, tras las derrotas de las municipales y las generales, un nuevo fracaso supondrá que el cielo caiga definitivamente sobre sus cabezas.