domingo, 25 de septiembre de 2011

El hundimiento del PSOE andaluz será mayor en las autonómicas que el 20-N.


Las estimaciones de voto que manejan tanto el PP como el PSOE en Andalucía indican que la estrategia de José Antonio Griñán de no hacer coincidir las elecciones autonómicas con las generales va a provocar una debacle mayor aún para los socialistas que si hubiera optado por lo contrario. La tendencia negativa es ascendente y lo será aún más tras el 20-N si el PP, como se espera, gana las elecciones generales dejando a los socialistas durante unos meses como náufragos en la isla de Andalucía. 
De hecho, unos de los factores que afectan al acelerado hundimiento del PSOE andaluz en los últimos meses es, precisamente, la pérdida de ayuntamientos de capitales, grandes ciudades y diputaciones, y la imagen de los nuevos alcaldes decididos a romper con la cultura del despilfarro. En el PP de Arenas están convencidos de que, frente a aquella promesa de Griñán a su partido de que irían ganando terreno “mes a mes” -que le sirvió como pretexto ante Rubalcaba para no adelantar las elecciones andaluzas-, los alcaldes populares “se han encargado de que, mes a mes, el PSOE haya perdido espacio y la derrota vaya a ser aún mayor en marzo que en noviembre”.
Ahora admiten el ‘error’ de Griñán
Hasta ahora, según ha reconocido el propio Griñán, su decisión de mantener las elecciones andaluzas separadas sólo había despertado rechazo y crítica en algunos círculos de Ferraz, mientras que en Andalucía todos le apoyaban. Sin embargo, y de forma muy especial en las últimas semanas, es precisamente en Andalucía y sobre todo en círculos parlamentarios, donde hay serias dudas sobre la rentabilidad de la decisión del presidente.
Los datos que se manejan en el PSOE, comentados también en algunas asambleas locales en las que se han debatido las listas del Congreso, apuntan a que si el 20-N puede ser un desastre, las elecciones andaluzas de marzo pueden convertirse en el hundimiento definitivo. A partir de aquí los empujones por entrar en las listas se multiplican, pero van a ser mucho más graves cuando se empiecen a componer las candidaturas andaluzas.
Los argumentos que se barajan en algunos círculos del partido se refieren a la difícil situación de un Gobierno andaluz que tras el 20-N tendrá que mantenerse durante cinco meses sin dinero en la Junta, con importantes sectores sociales a la contra, el PP presionando desde la instituciones que controla, la oleada azul de Rajoy en todo el Estado, y el PSOE federal sumido en una grave crisis y sin capacidad para ayudar en Andalucía.
Los datos que se barajan en el PP también apuntan al mismo escenario. Javier Arenas ya dejó caer recientemente que el triunfo de su partido en las elecciones andaluzas de marzo va a ser aún mayor que el de noviembre. Esta afirmación de Arenas, que rompe con la promesa autoimpuesta de no echar las campanas al vuelo, evidencia la certeza de los populares de que ganarán unos comicios de los que nunca se han fiado por la capacidad de reacción y posibles maniobras de los socialistas andaluces.
En círculos del PP se pone de relieve sobre todo el nuevo escenario de los ayuntamientos y la influencia que se observa en el electorado. El principal ejemplo ha sido la celebración este fin de semana de las semifinales de la Copa Davis en Córdoba, donde ningún alto cargo del PSOE ha sido capaz de dejarse ver públicamente en el evento tras el “agravio” al que Griñán sometió al Ayuntamiento de José Antonio Nieto negándose a apoyar el acontecimiento deportivo.
El populismo popular frente a la ideología socialista
Para superar esta situación, Griñán y Rubalcaba apoyan su discurso en Andalucía en el dilema derecha-izquierda, aludiendo a los “recortes” que en Educación realizan las autonomías gobernadas por el PP, mientras que Rajoy y Arenas se envuelven en el populismo, un fenómeno muy socorrido en Andalucía, asistiendo a acontecimientos deportivos o apoyando a iconos locales como la Catedral de Jaén de cara a su nominación como Patrimonio de la Humanidad, es decir, una política de perfil ciudadano frente a la ideologización de la campaña socialista anclada en una Andalucía que ha superado en gran parte los perjuicios basados en la izquierda y derecha.
Las tendencias sobre voto de las que disponen tanto el PSOE como el PP han aumentado el nerviosismo en el Gobierno de la Junta, cuyos consejeros se despliegan cada día hacia todos los rincones de la comunidad con actos propios de campaña, mientras Griñán hace lo imposible por evitar el hundimiento anímico asegurando en las reuniones de partido que “vamos a ganar las elecciones generales y las autonómicas”. 

Fuente: www.elconfidencial.com